sábado, 1 de septiembre de 2012

Vos sos Summer y yo Tom.

Hoy pensé en vos, bastante. No sé por qué, pero cada cosa que leía, veía o lo que sea, me hacia acordar a vos. Pensé en la facilidad que tenés de hacerme reír o llorar, aunque sea con un cuento; en mi barrio, que desde hace tiempo ya no es sólo mi barrio, es tuyo también aunque aún no vivas en él; en la forma en que el humo no molesta tanto cando estás cerca; en como sé que vos entenderías mis chistes, cuando nadie más lo hace; la forma en que me inspirás; en los libros, la música. O en la manera en que te las manejás para invitarme a salir cada vez que hablamos, y en la manera que encentro para hacerme la desentendida.
No sé, quizá esté desvariando un poco. Tengamos en cuenta que son las cuatro de la mañana y acabo de llegar. Y si, lo primero que hice al llegar fue sentarme a escribir.
Quiero decirte que sí, aunque sea una última vez. Quiero decirte que sí y no pensar en las consecuencias, en lo que podría pasar mal. Quiero confiar en mí pero la última vez que lo hice no termino bien, es más, empeoré las cosas. No quiero que cuando "termine" vuelva a hacer la misma estupidez de salir con el primero que se me cruza a intentar sacarte de mi cabeza (no sirve, me parece).
Quiero decirte que sí y volver a sentirme de la misma forma en que me sentí esa primera vez.
Lo triste es que no creo que pase (por más que lo quiera). Lo irónico es que luche tanto conmigo para que no pase (y en este momento daría todo para no repetir esa lucha).