jueves, 16 de junio de 2011

historias.

Una vez me preguntaste cuáles fueron los momentos en los que te odié. Bueno, este es uno de esos. No te odio por lo que dijiste, tampoco te odio por nada de lo que haces. O por no hacer nada. Creo que el odio es más conmigo misma que con vos, pero es más fácil para mí canalizarlo como odio hacia vos. O no. Nosé, la verdad es que en este momento es lo único que me sale.
Me encantaría poder decirte que te voy a esperar, que vos quieras que te espere, y que, eventualmente, vengas. Pero no quiero esperar más. No puedo. No doy más. Y sé que no vas a venir nunca. Lo sé. Creo que inconcientemente te esperé todo este tiempo (y quizás te espere un poco más), pero no quiero esperar más. Quiero poder decir que no espero que un día vengas a buscarme (o que me dejes encontrarte), quiero poder salir con alguien más y no pensar en vos cada minuto/segundo que estoy con él, quiero no sentirme como la peor persona del mundo después. Y sé que nada de eso es tu culpa. Sé que soy yo. Así como lo dice el nombre del blog: "Yo soy la herida y el cuchillo". Yo soy la causa y la consecuencia de todo lo que me pasa. Pero soy una cobarde, y me es más fácil hecharle la culpa a alguien más. En este caso a vos, aunque sea por un minuto. Yo sé que no va a pasar mucho tiempo para que empieze a hecharme la culpa. Quizá arrpentirme de alguna que otra cosa. Pero, aunque quizá nunca leas esto, quiero que sepas que en el fondo nunca me voy a arrepentir de nada. Mucho menos de conocerte. Creo que a este punto te debo mucho. Si nunca te hubiera conocido, yo seguiría siendo esa persona sin vida, entumecida. Asi que gracias, aunque en este momento no lo sienta así.

lunes, 13 de junio de 2011

Ciencia

En la vida moral, como en la física, existe una aspiración y una respiración. El alma necesita absorber los sentimientos de otra alma, asimilarlos para restituírselos enriquecidos. Sin este bello fenómeno humano, el corazón no puede vivir; le falta el aire, sufre y se marchita.